Muchas veces no disponemos del dinero suficiente para pagar una compra o deseamos aplazar el pago para que nos resulte más cómodo adquirir un bien o servicio. Ante esta circunstancia recurrimos a pagar a plazos destinando cada mes una pequeña cantidad para completar el pago en un número determinado de meses. Esta operativa conlleva un riesgo, y es la adicción. Como nos resulta más cómodo pagar en pequeños plazos que no nos representan un esfuerzo nos lanzamos a la piscina comprando cosas que muchas veces no nos hacen falta.

Pero las compras a plazo no solamente las podemos realizar en presencia física del producto que vamos a adquirir; ya internet se ha convertido en una enorme red de acceso público a información de todo tipo que ha revolucionado la manera de comunicarnos. No solamente entre personas sino también entre personas y comercios y empresas.
Este cambio en la comunicación ha posibilitado la transparencia y la posible eliminación de intermediarios a la hora de comprar, lo cual abarata el precio de cualquier bien o servicio que queramos adquirir. Aprovecha las ventajas que nos ofrece internet para reducir tus gastos y optimizar tu tiempo, ya que ello te permitirá más capacidad de ahorro y, a la larga, más dinero en tu economía
Consejos al hacer compras a plazos
- Acumular pequeños plazos de compras puede generar un montante mensual importante que haga mermar tu capacidad de ahorro presente y futuro.
- Si lo haces, compra solamente lo que necesites por mucho que el coste mensual sea muy bajo.
- Si tienes el dinero para pagar en efectivo, valora la posibilidad del coste que te supone pagar a plazos.
- Si éste no te supone ningún coste en comisiones y tipo de interés de financiación, puede ser interesante la posibilidad de pagar a plazos.
- De todas formas, lee la letra pequeña porque nadie regala nada.
- Si tiene algún coste, valóralo.
Precauciones al comprar a plazos
- Lee la letra pequeña del contrato
- Pregunta qué empresa financiera está detrás.
- Entérate bien de las consecuencias ante cualquier contingencia, como el impago de una cuota.
De acuerdo con la ENIF 2015, 29.1% de la personas adultas (18 a 70 años) tenía algún tipo de crédito, de las cuales sólo 28.9% comparó con otros productos o instituciones financieras.