Muchas personas aspiran a ser sus propios jefes, pero muy pocos abandonan sus trabajos para alcanzar ese sueño. Dejar de lado la aparente seguridad de un empleo con prestaciones y una red integral de compañeros de trabajo es difícil, psicológica y financieramente, para la mayoría de las personas.
Las dos clases principales de dinero a las que puede recurrir un negocio son la deuda y los fondos propios.
- Deuda es dinero prestado, generalmente por un banco, que tendrás que devolver. Mientras lo uses tendrás que pagar un interés por él.
- Fondos propios son el dinero que aportan los accionistas de la empresa y el dinero que le queda al negocio como beneficios no distribuidos. A tus accionistas no tienes que devolverles el dinero que aportaron, pero ellos esperan que quienes dirigen el negocio hagan aumentar el precio de sus acciones y, si tu empresa acaba saliendo a bolsa, probablemente esperarán también unos dividendos sustanciosos.
Si tú no satisfaces las expectativas de los accionistas, no estarán allí cuando necesites más dinero; o peor todavía: si son lo bastante poderosos, habrán tomado medidas para cambiar la junta directiva.

Los métodos alternativos de financiación comprenden tomar prestado de la familia o los amigos, solicitar subvenciones o ayudas fiscales y participar en concursos.
Consejos sobre los prestamos
Cuando tomes prestado de parientes o amigos, ten en cuenta estas recomendaciones:
- Acuerda términos apropiados para el préstamo o la inversión.
- Pon el acuerdo por escrito y, si implica la constitución de una sociedad o el otorgamiento de una garantía, redacta un acuerdo legal.
- Haz un esfuerzo extra para explicar los riesgos del negocio y las posibles implicaciones desventajosas para el dinero prestado.
- Piensa si realmente quieres dirigir una empresa familiar, antes de tomar prestado de ellos. No será lo mismo que dirigir la tuya propia.
- Debes estar seguro, cuando tomes prestado de padres de familia, que los otros familiares queden compensados de alguna manera, quizá mediante un testamento.
- No tomes prestado de personas que no pueden permitirse perder su inversión.
- No presentes las posibles ganancias en forma más atractiva de lo que lo harías con un banco.
- No ofrezcas empleos en tu empresa a nadie que esté prestándote dinero, a menos que sea la mejor persona para el trabajo.
- No cambies la forma de relacionarte con tu familia o con tus amigos después de que ellos te hayan prestado el dinero.
- No tomes prestado de personas que viven de un ingreso fijo.
Aprovechar los «Business Angels»
Otra fuente de capital accionario o de riesgo es un individuo particular que tiene fondos, y quizá algunos conocimientos sobre tu tipo de negocio, y que está dispuesto a invertir en tu empresa a cambio de una parte del negocio.
Este término nació en Silicon Valley, en Estados Unidos, cuando en 1938, Frederick Terman, entonces decano del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Stanford, dejó 500 dólares de financiamento a dos de sus licenciados, Bill Hewlett y Fred Packard, para que pudieran desarrollar su proyecto empresarial. También les prestó apoyo y les apadrinó en los primeros años para ayudarles a convertirse en empresarios y dar lugar así a lo que hoy es Hewlett Packard. Seguramente has visto un programa en televisión llamado Shark Tank, el cual funciona de la misma manera.