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Evaluar la situación económica personal

Antes de realizar cualquier plan es importante que sepas en qué situación económica te encuentras. Es muy difícil escoger un destino y el camino que quieres recorrer si no sabes de dónde partes. Al igual que las dietas o los planes de entrenamiento, no se pueden dar recetas generales.

Situación económica

Tú mejor que nadie sabes cuál es tu situación, qué edad tienes (por mucho que te quites años), cuáles son tus ingresos y tu situación personal. Cada uno debe tener su propia estrategia y, aunque puedas copiar maneras de hacer de otras personas de tu entorno, no trates de imitarlas porque ni tienes su mismo nivel de ingresos y gastos ni la misma situación patrimonial.

El ciclo económico personal

A lo largo de nuestra vida se producen cambios que requieren de adaptación constante. Muchas veces estos cambios son inesperados y otras veces responden a una planificación previa muy pensada. Sea de la manera que sea, el cambio es lo único que permanece a lo largo de nuestra vida.

Por lo tanto, ¿por qué no puede ocurrir lo mismo con la gestión de nuestro dinero? Es obvio que las necesidades económicas a lo largo de nuestra vida cambian en función de la etapa en la que nos encontramos. A la hora de invertir nuestro dinero y seguir generando ahorro, debemos tener en cuenta nuestra situación económica. Aunque sigamos siendo las mismas personas, la percepción del riesgo y la planificación de necesidades de liquidez deben ajustarse a las nuevas inversiones que vayamos a realizar.

Esto incluye no sólo el plazo de la inversión, sino el riesgo que estamos dispuestos a asumir y el tipo de inversión que vamos a hacer. Antes de realizar ciertas inversiones tienes que examinarte a ti mismo. Los factores personales que debes analizar son:

La edad. No es lo mismo tener 20 años y un horizonte de inversión de 40, que tener 40 años y un horizonte de inversión de 20.

Situación familiar. Tipo de régimen matrimonial, ¿tienes hijos?, ¿de qué edad?

• Profesión e ingresos. Hay profesiones con un gran potencial de crecimiento y, por consiguiente, con mayor expectativa de ingresos. Pero hay profesiones con un potencial más limitado; si ése es tu caso, deberás tener en cuenta que nuestros ingresos futuros crecerán más lentamente.

Patrimonio susceptible de ser invertido. ¿Qué parte puedes invertir y qué parte puedes dejar como fondo de emergencia?

Estimación de retiros. ¿Vas a necesitar dinero a corto plazo?

Experiencia financiera. ¿Sabes en qué estás invirtiendo?

Fiscalidad. Qué regímenes fiscales te afectan y qué presión tienes

Tips de acuerdo a la etapa económica

A la hora de invertir debes buscar el equilibrio entre rentabilidad, seguridad y liquidez. Identifica en qué fase de la vida te encuentras y busca la mejor combinación que satisfaga tus necesidades. Tu planificación financiera dependerá de la etapa en la que te encuentres, aunque nunca es tarde para empezar a gestionar tu dinero. Los ciclos económicos personales se podrían dividir en las siguientes fases:

Infancia y juventud. De 0 a 22 años. No tenemos ingresos de forma directa. Realizamos una fuerte labor de búsqueda de esponsorización, esto es, que nuestros padres, abuelos o familia cercana nos mantengan y financien a coste 0 (¿te imaginas que toda la vida fuera así?). Tenemos pocas deudas y sólo al final de la etapa pueden aparecer como consecuencia de financiar nuestros estudios. Es importante empezar a relacionarse con el mundo del dinero gracias a la ayuda de la familia.

Adulto joven. De 22 a 35 años. Has acabado la formación básica y has empezado la vida laboral. Aunque los ingresos no son elevados es recomendable cultivar el hábito del ahorro, por pequeño que sea. Aunque la tendencia general es primar el consumo por encima del ahorro (nos sentimos independientes con nuestro primer sueldo), es recomendable empezar a separar una parte de nuestros ingresos para proyectos a corto plazo, primando la liquidez y seguridad.

Asimismo, es momento de empezar a formarte en aspectos relativos a las inversiones;eso te proporcionará un conocimiento muy importante en épocas posteriores. Es una época de muchos desembolsos ya que posiblemente contemplas la compra de un inmueble, un coche, estudios superiores y, quizá, empieces a tener hijos. Asentar unas buenas raíces en materia de inversiones te aliviará de preocupaciones y problemas en el futuro. Sé cauto y no te dejes llevar por lo que hagan los demás. Sólo tú conoces tu situación económica y debes actuar en consecuencia.

Madurez. De 35 a 45 años, Hay que asumir que vas a tener que destinar tus ahorros a afrontar una serie de gastos bastante fuertes. Tu nivel de ingresos es mayor y ayudará a compensar esta carga, pero tienes que ser extremadamente cuidadoso para seguir generando ahorro, ya que deberías empezar a afrontar un pensamiento más a largo plazo en tus inversiones. Es una fase ideal para empezar a planificar la jubilación por muy lejana que parezca; Una mala gestión económica puede generar graves problemas en el futuro.

No haber desarrollado una conciencia ahorradora en épocas posteriores puede dificultarte mucho la labor en este momento. Seguro que trabajas muchas horas y crees que es el momento de vivir la vida después de años de estudio y dedicación al trabajo (crees estar en la flor de la vida, cuando eso es independiente de la edad). Si estás en esa etapa y en esas condiciones, eso puede llevarte a un gasto excesivo viviendo al día; empezar ahora a pensar en tu jubilación se te hará muy cuesta arriba. No asumas riesgos innecesarios.

Consolidación y gasto. De 45 a 60 años. Debes plantearte seriamente qué ingresos tendrás en la jubilación. Debes ser exigente con la rentabilidad de tus inversiones y vigilar el horizonte de inversión de cada una de ellas. No quiero ser agorero, pero una buena planificación sucesoria sería más que conveniente si no quieres dejar a tus herederos con problemas el día que faltes. No te endeudes más de lo que te puedes permitir, porque si en otras etapas es un error, ahora podría serlo y con nefastas consecuencias. Asegura tu vida y aquel patrimonio que te ha costado tanto conseguir.

• Jubilación y donación. De 60 años en adelante. Es el momento de disfrutar de los ahorros de toda la vida. Garantiza el capital y no busques inversiones demasiado arriesgadas, aunque la rentabilidad potencial futura sea muy superior. Reajusta tu vida a tus necesidades reales y no malgastes, puesto que es una época lo suficientemente larga (la esperanza de vida del ser humano no para de aumentar) como para que seas cauto. Tu potencial de ingresos es bajo y debes asumir que tendrás que cubrir parte de tus gastos con lo que genere tu patrimonio; ten muy presente este aspecto si deseas endeudarte.

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